El otro día ví un documental sobre la transición española y me emocioné. Me emocioné porque España estaba unida hacia un mismo camino, la democracia. Hace sólo 30 años de la aprobación de nuestra constitución y ya nos hemos olvidado de luchar, de tener ideales, de creer en algo; nos hemos acomodado porque podemos divorciarnos y hablar de lo que queramos ¿ya está?.
Los jóvenes de ahora no votan, dicen que para qué si mienten todos los políticos, no van a manifestaciones, dicen que para qué si pueden salir a tomarse algo en ese tiempo; son las consecuencias de la vida fácil, de que antes de abrir la boca ya lo tenían. Lo más alarmante de todo es que luego se enganchan a un reality show y gastan lo que sea para votar a su freak preferido, y sin embargo no son capaces de ir a votar a su gobernante. Qué verguenza ver hace 30 años la lucha de un país por la democracia para que ahora la nueva generación, venga y la desprecie como si un objeto inútil fuera, no quisiera generalizar ya que yo pertenezco a esta generación que es lo que me ha servido para ver hasta que punto este pasotismo electoral. Que poca memoria histórica tenemos, no queremos que el pasado marque nuestra forma de vida pero siempre debe recordarse para que los sacrificios y los valores de otras personas que sí lo pasaron mal y lucharon por un cambio no caigan en el olvido.
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